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Un fin de semana para recordar: Clases llenas, corazones llenos

Este fin de semana me paré frente a mi iglesia—Nuestra Señora Madre de la Iglesia—para anunciar algo que he llevado en el corazón desde hace mucho tiempo: nuestras primeras clases presenciales de ciudadanía. No sabía qué esperar, pero la respuesta me dejó sin palabras.

El primer grupo se llenó casi de inmediato. Así que abrí un segundo grupo de fechas… y ese también se llenó rapidísimo.

En total, casi 150 personas de nuestra comunidad local van a comenzar su camino hacia la ciudadanía estadounidense a través de estas clases. Ese número no solo me emociona, me toca profundamente.

Ambos de mis padres, en diferentes momentos de mi vida, vivieron con el riesgo real de ser deportados. En cualquier momento, uno o los dos pudieron haber sido llevados.
Esa clase de incertidumbre se queda contigo. Cambia la manera en que ves la seguridad, el sentido de pertenencia, y el futuro.

Y ahora, años después, me toca hacer algo al respecto.

Ayudar a que las personas se sientan seguras, visibles, con esperanza—eso lo significa todo para mí.

Y esto apenas comienza.

Gracias a todos los que han confiado en mí y en Caminos. Sigamos caminando hacia adelante—juntos.